Te voy a contar algo.
Carolina llegó agotada del trabajo. Pero cuando abrió la puerta escuchó algo que no había oído en semanas: las carcajadas de su hijo Mateo.
Un cactus verde repetía todo lo que él decía con una vocecita aguda. Esa noche cenaron en familia por primera vez en meses.
Este cactus es ese momento donde tu hijo suelta el celular y tu familia vuelve a reírse junta.
